1 Cuando la reina de Sheva[73] oyó del nombre de Shlomó y el Nombre de YAHWEH, ella
vino a probarlo con enigmas. 2 Ella llegó a Yerushalayim acompañada de un gran séquito,
incluyendo camellos que cargaban regalos y oro en gran abundancia, y piedras preciosas. Cuando
ella se presentó delante de Shlo mó, ella habló con él acerca de todo lo que tenía en su corazón, 3 y
Shlomó respondió todas sus preguntas; nada fue oculto del rey que él no pudo explicarle a ella. 4
Después que la reina de Sheva había visto toda la sabiduría de Shlomó, el palacio que había
edificado, 5 la comida de su mesa, la manera de sentar a sus oficiales, la forma en la cual sus
sirvientes le servían, como estaban vestidos, sus sirvientes personales y su ofrenda quemada
completa la cual él ofrecía en la casa de YAHWEH, se quedó atónita.[74] 6 Ella dijo al rey Shlomó:
"Lo que oí en mi propio país acerca de tus palabras y tu sabiduría es verdad, 7 pero yo no podía
creer el reporte hasta que viniera y mis ojos vieran. Realmente, ellos no me dijeron ni la mitad de
esto – tu sabiduría y prosperidad sobrepasan los reportes que oí. 8 ¡Benditas sean tus esposas,
benditos tus sirvientes que siempre están aquí atendiéndote que pueden oír toda tu sabiduría! 9
Bendito sea YAHWEH tu Elohim, que tomó placer en ti para ponerte en el trono de Yisra'el. Por
el eterno amor de YAHWEH por Yisra'el, El te ha hecho rey, para administrar juicio y justicia con
equidad." 10 Entonces ella dio al rey 120 talentos de oro, una cantidad inmensa de especias, y
piedras preciosas; nunca jamás allí llegó tal abundancia de especias como las que la reina de
Sheva dio a Shlomó.
11 El barco de Hiram, que había traído oro de Ofir, ahora trajo desde Ofir una gran
cantidad de madera talada[75] y piedras preciosas. 12 El rey usó la madera talada para hacer
contrafuertes para la casa de YAHWEH y para el palacio real, y también liras y arpas para los
cantores. Ninguna madera talada como esa ha venido ni se ha visto hasta este día. 13 El rey Shlomó dio a la reina de Sheva todo lo que ella deseaba, lo que ella pidiera,
además de los regalos que le fueron dados por la mano del rey Shlomó. Después de esto ella
regresó y fue a su propio país, ella y sus sirvientes.[ 76]
14 El peso del oro que Shlomó recibía anualmente llegó a ser 666 talentos de oro, 15 aparte
del que venía de los imp uestos de venta, derechos de aduana y los tributos cobrados por los reyes
del país del otro lado del río [Eufrates] y por los príncipes de La Tierra. 16 El rey Shlomó hizo 300
lanzas grandes de oro repujado; 300 shekels de oro requería cada lanza. 17 El hizo 300 escudos
más de oro repujado, cada escudo requería tres libras de oro; el rey puso estos en la casa del
bosque del Levanon.
18 El rey también hizo un gran trono de marfil y lo recubrió con el oro más fino. 19 El trono
tenía seis escalones, un respaldar redondo en su parte superior con becerros a relieve en la parte
de atrás, brazos a cada lado del asiento, dos leones en pie junto a los brazos, 20 y doce leones más
parados a cada lado de los seis escalones.[77] Nada como esto había sido hecho en ningún reino.
21 Todas las vasijas para beber del rey Shlomó eran de oro; y todos los utensilios en la
casa del Levanon eran de oro puro; ninguno era de plata, porque en el tiempo de Shlomó, era
considerada de poco valor. 22 El rey tenía un barco de "Tarshish"[78] junto con la flota de Hiram;
una vez cada tres años la flota de "Tarshish" venía trayendo oro, plata, piedras cortadas y piedras
talladas, marfil, monos y pavos reales. [79].
23 Y el rey Shlomó sobrepasó a todos los reyes de la tierra en riqueza y sabid uría. 24 Todos
los reyes de la tierra buscaban la presencia del rey Shlomó,[ 80] para oír su sabiduría, que
YAHWEH había puesto en su corazón. 25 Cada uno traía su regalo – artículos de plata, artículos de
oro, ropas, nataf,[81] especias, caballos y mulos; y esto continuó año tras año.[82]
26 Shlomó acumuló carruajes y jinetes; él tenía 4,000 yeguas para sus carruajes y 12,000
jinetes; él los asignó a las ciudades de los carruajes y para el rey en Yerushalayim [y él reinó
sobre todos los reyes desde el Río Eufrates hasta el Río de Mitzrayim][ 83]. 27 El rey hizo que el oro
y la plata en Yerushalayim fueran tan comunes como las piedras, e hizo los cedros tan abundantes
como los higos-sicómoros en el Shefelah. 28 Los caballos de Shlomó habían sido traídos de
Mitzrayim y de Keveh, habiéndolos comprado los agentes del rey de los mercaderes en Keveh a
un precio. 29 Un carruaje de Mitzrayim costaba cien shekels de plata y un caballo cincuenta
shekels; todos los reyes de Hittim y los reyes de Aram, ellos venían por el mar.